Señalar a Nicolás Maduro como jefe del Cartel de los Soles —una organización terrorista— tiene consecuencias devastadoras para él, su entorno y para Venezuela. Mientras algunos discuten sobre Chevron, lo urgente es comprender los efectos legales y políticos de esta acusación.
Este señalamiento refuerza la condición de Maduro como prófugo internacional y habilita acciones judiciales globales. Amparados en la Ley Patriota, EE. UU. puede congelar activos, bloquear transacciones y sancionar a quienes colaboren con él o con PDVSA.
PDVSA quedó criminalizada, afectando exportaciones, refinación y relaciones con empresas como Chevron o Repsol, entre otras. Los activos venezolanos en el extranjero, como CITGO, pueden ser confiscados.
A nivel diplomático, Venezuela quedó aislada y el régimen totalmente deslegitimado. Los trabajadores petroleros enfrentan riesgos legales, persecución y cárcel si no colaboran con la red criminal.
Esta no es una acusación simbólica. Es una oportunidad para desmantelar el crimen y recuperar el país.
Iván Freites Chirino
Dirigente sindical del petróleo y gas
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FUENTE: >>Iván Freites Chirino
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