En un país donde la descomposición social, el impulso de los antivalores y la indecencia, forman parte de las escasas tres comidas diarias del venezolano típico, muy a pesar de todo esto existen Venezolanos de bien amantes de la Libertad y la Justicia que son ejemplos para viejos y jóvenes ( *No Contaminados*) de lo que los malandros del Narcoregimen, los alacranes y la clase política azul ignoran: *el mejor negocio del mundo es ser digno, humilde y honesto, sin que se te enfríe el guarapo* ¡a la hora de la verdad! Así somos los venezolanos de bien amantes de la Libertad y la Justicia.
Junto con la alabanza al Bravo pueblo que ha de derrotar junto a la Coalición Internacional, a la oprobiosa fuerza que ostenta la Narcotirania y los sectores encumbrados que se mantienen en dolorosa actitud de traidores frente al destino del país.
Desde mí puesto de lucha libertaria Humanista y Republicano procuró templar con sereno juicio la actitud provocada por la impuesta impotencia de ver como una clase de criminales pretenden acabar con mi amada VENEZUELA. En estas líneas, sobre la pasión del político, se empina el ánimo de quien ha pasado las mejores horas de la vida en la grata labor de desenredar la madeja de los hechos pasados y presentes. Como el gran David a Wellington, puedo decir que yo sólo pinto Historia.
Historia viva, dolorosa, sangrante y coetánea, en que por la gracia de Dios me toca buena parte. En razón de ese nexo, obligado a hablar de mí mismo en función de participante directo en algunos hechos y circunstancias en este camino hacia la Libertad y el Cese definitivo de la Usurpación del Narcoregimen.
Los falsos cronistas u opinadores del régimen podrán decidir que he mojado la pluma en el tintero del interés y de la pasión; en cambio, me alienta la certeza de que "la voz del perseguido, si sabe tener la razón que la persecución da hasta al que no la tiene, esa voz es, a la larga, según escribe Marañon, la que más alto suena ". Dentro de esta lucha libertaria por mí patria, hace que el corazón sangre cuando me veo precisado a estampar juicios adversos a un denso sector de mis hermanos venezolanos. En la misma forma en que muchos me acusan de lenidad cuando hago juicios literarios, desearía también que se me acusase de prodigar elogios en el orden cívico o de proponer la moralización de los procesos políticos y sociales en nuestro país. Pero no es posible hacerlo, y el servicio del país pide descubrir lacras que a todos nos duelen, porque, más que sobre los individuos, ellas pesan corrosivamente sobre el cuerpo de la Patria, y más que obra ajena, son producto de hechos en que a todos nos toca buena parte.
Nos corresponde a todos los venezolanos de bien amantes de la Libertad y de la Justicia dar inicio a el " Camino hacia la sociedad Humanista y Republicana"; una vez alcanzada la Libertad, la nueva Independencia, la nueva República verdaderamente libre y democrática.
Viva la Libertad y Muera la Tiranía en VENEZUELA y en la América Latina
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