MENSAJE DEL PASTOR DE LA IGLESIA CRISTO EL SALVADOR BE-TEL III BARINAS DR IGINIO RODRÍGUEZ

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:4-8

Mantener un estilo de vida sin la guía y direccion del Espiritu Santo nos conduce a mantenernos siempre en la carnalidad y adaptados al sistema bajo el cual el maligno tiene subyugado a la humanidad.

Conocer y establecer amistad con el Espíritu Santo es la manera más idónea para caminar en rectitud y alejados de la maldad que representa este sistema mundanal con sus desvastadoras consecuencias que tan sólo conducen a la perdida de santidad y por lo tanto a vivir alejados de la vida de Dios. 

La soberbia y la arrogancia se contraponen a la humildad que deberíamos tener siempre para  someternos a Dios y de esta manera recibir la autoridad para poder resistir al enemigo y sus secuaces. Querer vivir a nuestras anchas y de espaldas a Dios nos resta poder a la hora de pretender  enfrentar las tinieblas de oscuridad que operan en los hijos de desobediencia. 

Todo lo que hagamos contrario a la ley de Dios se llama desobediencia, pecado o iniquidad, lo cual trae sus consecuencias negativas  a nivel espiritual pero también en lo natural muchas veces. 

Cosas tan básicas y sencillas como hacer pactos entre santos a la manera del mundo, para ocultar una verdad, una mentira o responsabilidad traen afectaciones funestas sobre las vidas de los que se ponen de acuerdo para tan perversa acción.  El salmista David dice:  Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,Y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

Salmos 32:2-4. 

El Señor nos llama hoy y cada día a limpiar nuestros corazones de toda maldad e iniquidad y nos recuerda en la palabra que " el que confiesa su pecado y se aparta alcanzará misericordia, pero el que no lo hace no prosperará. Y tambien nos dice que: "sin santidad nadie verá al Señor" . 

No importa todo lo aparentemente  bueno ante los ojos de los hombres que tu puedas hacer,  si esto es contrario o adversa las leyes divinas se constituye en pecado y trae consecuencias aca en esta vida y en la venidera.  ya que siempre debemos tener presente qué un día daremos cuenta delante del creador de toda obra sea buena o sea mala. 

Acerquemonos a Dios con limpia conciencia, Él está dispuesto a perdonarnos y a enseñarnos lo que es la humildad para reconocer nuestros errores y saber pedir perdón.  

Si somos de Dios y pretendemos caminar en santidad, debemos abandonar lo que huela o parezca a pecaminosidad. 

Buen día.  Bendiciones. 

SHALOM.  I.R.R.M.

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