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sábado, octubre 31, 2020

Venezolanos al borde del suicidio colectivo

Cristian Silva Potellá
Secretario general estado Sucre

Antiguamente cuando las ciudades eran comunidades amuralladas, fortificaciones de considerable altura para impedir su toma por enemigos, algunos ciudadanos tomaban la decisión de quitarse la vida. Igual iban a morir por la espada de sus enemigos.

Una situación similar está ocurriendo en Venezuela con la diferencia que ya ha sido tomada por sus enemigos hace más de dos décadas. Y decimos 'enemigos' por cuanto hace más de 20 años nada ha mejorado en este país. Todo lo contrario, la calidad de vida ha desmejorado enésimas millones de veces.

Y el bloqueo, antibloqueo, o mejor dicho, "el autobloqueo", lo comenzó el mismísimo difunto Presidente Chávez.

Recuerdo me encontraba en el Terminal de Pasajeros de Anaco, la ciudad considerada como luz de Venezuela por su alta producción de gas, cuando el entonces Presidente -pito en mano-, despidió los mejores 25.000 ingenieros, técnicos y operarios de PDVSA.  En ese mismo instante nació la moda de cocinar con leña.

Lo demás es historia.  Una historia viva, cruel, inhumana.  Se comenzó a debilitar la industria de los hidrocarburos; la producción de crudo descendía cada mes hasta llegar a la realidad actual: sin gas, sin diésel y sin gasolina.

Esto por una parte. Por otra también visualizo el mismo Presidente mostrando en televisión un cheque por miles de millones de bolívares, de supuestas ganancias producidas por la recién expropiada compañía de teléfonos CANTV.

Claro, los equipos estaban nuevos y totalmente operativos. Todavía se mantenía una mística de gerencia administrativa, su personal completo con excelente remuneración.

Pero haga un balance de la CANTV de hoy. Toda la flota de vehículos ha desaparecido, no se ha adquirido ni un solo metro de cable nuevo; tampoco un transistor, componente o circuito integrado para ningún equipo. Y los pocos técnicos sobrevivientes se han convertido en los más grandes ladrones, corruptos, destructores.

Lo afirmo con propiedad. Ya no es posible cuantificar los números telefónicos desactivados y las conexiones a internet.  Pero ofrezca dólares y verá como por arte de magia su equipo funciona nuevamente.

Basta de retórica, discursos y palabras vacías. El suicidio colectivo en Venezuela está aproximándose de no aparecer una rápida solución.

Cómo es posible que el dinero no tenga valor, sea un suplicio para conseguir efectivo; la corrupción de los cuerpos encargados de la seguridad, y el hambre atacando los estómagos de todos.

¿Esto es revolución, socialismo, comunismo?  Un país y unos dirigentes con este comportamiento no los quiero ni para remedio, porque también destruyeron la industria farmacéutica nacional.  Señor presidente Nicolás Maduro, ¿qué hizo usted con el gas doméstico; dónde está; porqué trata como animales la población venezolana?

Coordinadora de Prensa
Adriana Valero López

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