El enterrador de la derecha.

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Durante más de 25 años, el poeta Thomas Lynch trabajó dirigiendo una funeraria. Negocio de su padre y de sus hermanos, hace una reseña de lo que significa una herencia cultural.

 

“El enterrador”, libro escrito por el autor, se concentra primordialmente en aquella duda permanente y vigente del hacer entre los vivos y los muertos.

 

En una alegoría habla del oficio prácticamente en vías de extinción, pues en los cementerios los cadáveres ocupan cada vez menos espacio, ya que la tendencia mundial por la incineración deja a los enterradores con poca o nula actividad. También señala las distintas formas de entender a la muerte, la relación con nuestros finados, donde se confirma que los muertos no son desechos, ni restos, como tampoco son íconos o esencia pura. Es de sabios tratar los temas de la muerte con ternura, con cuidado y con honor.

 

Esta historia, que incluso se utilizó para inspirar una serie de televisión “A dos metros bajo tierra”, no se acerca a lo que un enterrador en política colabora para un proyecto. Los hay con distintos grados de participación: el que cava el hoyo, el que transporta el cadáver, quien lo introduce a la sepultura, y quien lo entierra, los hay voluntaria e involuntariamente en todos los equipos.

 

Con gran júbilo celebramos la formal integración de Vicente Fox Quesada como principal promotor en la campaña presidencial de la Senadora Xóchitl Gálvez. Es el hombre más mediático, un “influencer” en redes sociales. Como el flautista de Hamelin, aunque usted no lo crea, tiene pequeños roedores que lo escuchan y lo siguen, se encantan por las melodías que emiten sus textos mal calibrados, sin narrativa, con torpeza supina y faltas de ortografía que causan ceguera, además de ser el peor presidente de la historia de México.

 

Vicente Fox Quesada es el enterrador de la derecha conservadora, porque en sí escenifica el prototipo del mexicano que le traicionan sus pensamientos y las vísceras, y expresa públicamente lo que en privado pregona sin recato alguno, el cinismo y la hipocresía relacionados con la permanente discriminación, el clasismo, el desprecio y sobre todo la ausencia absoluta del sentido de la cordura, han sido los elementos más valiosos para exteriorizar abierta y transparentemente cómo piensan en realidad en la muy disminuida oposición.

 

Xóchitl Gálvez es ingeniera, madre de familia, y mexicana, como millones más, producto de la cultura del esfuerzo, en una estrategia clara se refuerza el discurso del origen indígena, ahora el de la violencia contra las mujeres y el machismo, como si esa condición hubiera sido antes superada por las millones de mujeres violentadas en México, usar esa condición devalúa la lucha de colectivos de mujeres maltratadas y perseguidas. Son capaces de todo, usar cualquier eslogan o personaje.

 

Por primera vez agradezco al peor presidente de la historia de México, Vicente Fox, hacerse cargo de la puntera para representar a la oposición, prácticamente ya no necesita presentación, su labor como enterrador es probada, así sepultó a miles en su omisión como presidente y sigue haciéndolo con sus compañeros impulsados desde su plataforma. Su epitafio: “¡a trabajar, huevones, que aquí no caben!”.  

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FUENTE: >>https://www.excelsior.com.mx/opinion/ricardo-peralta-saucedo/el-enterrador-de-la-derecha/1599345

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