Está finalizando la campaña para la elección presidencial venezolana y como nunca en los últimos 25 años, un viento de cambio para bien se siente dentro y fuera del país en lo que a Venezuela y sus connacionales concierne.
Quienes dentro del país se encuentran y podrán hacerlo, se preparan para votar este domingo. En similar situación están los pocos venezolanos que el gobierno permitió inscribirse para hacerlo en los distintos consulados habilitados para ello por el mundo. El resto, los que no podemos votar, de alguna manera trataremos de ayudar para que quienes puedan hacerlo lo hagan bien.
Uno de esos que afuera está es Mauro Ranghi Mandolini, quien a pesar de haber nacido en el centro norte de Italia, llegó a nuestro país de niño en la década de los 50 del pasado siglo y es mas venezolano que las empanadas de cazón que durante muchos años se comió donde Coromoto, en Lechería.
Mauro forma parte de esa diáspora venezolana; vive ahora en Sicilia, rodeado del mar, no de su mar. Éste se encuentra al norte del sur, en Venezuela, en isla de Plata, el Faro o Puinare; en el Paseo Colón o en Playa Lido; en Juangriego, Pampatar o Manzanillo; en Arapito, Chirimena, Playa Grande o Morrocoy. Es allí, en su tierra venezolana donde añora estar, como muchos, quizás como todos, rodeado de su familia y sus recuerdos, de sus afectos y sus amigos.
El pasado domingo cuando escribí la columna “A votar por todos”, en uno de los chats que compartimos el pidió a los miembros del mismo, “libren por todos”. Nos recordó el, sin quererlo “al escondite”, ese juego infantil en el que todos alguna vez participamos, donde una persona contaba con su cara contra la pared mientras los demás nos escondíamos para que el contador tratare de ubicarnos y si lo lograba, cada uno de los participantes rezaba –por no decir ligaba- que el último a todos nos librara y obligara a quien contaba a seguir haciéndolo.
Hoy quienes impedidos estamos de votar les pedimos a los que pueden hacerlo, que nos libren, no para que quien cuenta en Miraflores lo siga haciendo, no, ni más faltaba, para que deje de hacerlo. Para que se abra la posibilidad de que al país retorne su crecimiento; para que quien quiera regresar lo haga, para que se abran las cárceles y los presos políticos vayan a su hogar, para que todos tengamos la posibilidad de vivir en democracia y en libertad, para que podamos reinstitucionalizar a Venezuela.
Quienes este domingo votaran sepan que cuando lo hagan, en la actual situación institucional de nuestro país, estarán ejerciendo más que un derecho humano, un acto de rebelión civil, pacífico y constitucional poniendo con ello en práctica, en silencio, en vigencia el artículo 333 de la Constitución.
Sí ustedes que me leen pueden votar, los que por distintos motivos no podemos hacerlo, sólo les pedimos LIBREN POR TODOS.
Lleguen a esa taima que es la máquina de votación y cuando marquen al candidato de su elección que más posibilidades tiene de ganar, lo hagan pensando en sus padres, hermanos, hijos y nietos fuera del país o en los que ya no están; procedan teniendo en su mente que tienen la llave que abrirá la prisión de los presos políticos; ejecuten ese acto de libertad entendiendo que nos están librando y si pueden díganlo en alta y clara voz, “LIBRO POR TODOS”, total no estarán haciendo campaña electoral. Si eso pasa y el resultado es el que esperamos, llamaré a Mauro –antes de que el me llame a mi- para decirle NOS LIBRARON, nos vemos en Venezuela.
*Gonzalo Oliveros Navarro*
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FUENTE: >>Gonzalo Oliveros Navarro
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