Y esto es grave, sumamente grave, en tiempos en los que el mundo reclama más y mejor democracia, lo que imperan son “Democracias deficientes (53), Regímenes Híbridos (34) y “Regímenes autoritarios” (59).
Estos indicadores exhiben el peso de nuestra doble tragedia, la de pertenecer a este último renglón, y la de intentar sobrevivir al continuo accionar de una generación política arribista, sin visión de país ni amor por la Patria, encarnada principalmente en el G-4, coalición de partidos que para millones de venezolanos caducó por su hambre de protagonismo, inmoralidad y afán de convertir la esperanza de millones en oscuros negocios para sus bolsillos.
Lo sucedido con Edmundo González Urrutia y su exilio forzado a España es una nueva muestra del talante corrupto de esa dirigencia que parece más lobista de Maduro que integrante real de la oposición unitaria liderada por María Corina Machado.
Los ciudadanos que arriesgaron su vida por ejercer su sagrado derecho al voto y resguardar las actas el pasado 28 de julio merecen respeto. Ellos, en las Primarias de la oposición, en la campaña electoral presidencial y en esta dura etapa de hacer valer el Estado de Derecho en Venezuela, le dicen “basta” a quienes utilizaron el Gobierno Interino y sus partidos para darle riendas sueltas a los más oscuros intereses.
El caso de Eudoro González Dellán, exdiputado de Primero Justicia con un rol clave en su momento en los procesos de diálogo y su ahora consabido rol como “lugarteniente” de Rodríguez Zapatero, más el largo y delictivo historial de su hermano Leonardo en el Banco Industrial de Venezuela, evidencian que desde el G4 parecieran estar más interesados en tener un Presidente en el exilio que liderando la reconstrucción nacional desde Miraflores.
Edmundo González Urrutia no la tiene fácil, pero debe abrir los ojos y ejercer la autonomía suficiente para enfrentar dos frentes: uno visible y notorio que es la del régimen de Nicolás Maduro, y este otro que vienen usufructuando a la oposición y cohabitando con la dictadura haciendo negocios, manejaron un gobierno interino sin contraloría y fracasaron en los intentos de salir de este modelo castro -chavismo-madurismo durante un cuarto de siglo. que Este frente es más peligroso aún porque trabaja como una inmensa serpiente, experta en emboscadas y están muy cerca del Presidente electo.
Se nota el afán de separar a Edmundo González Urrutia de la agenda del cambio liderada por María Corina Machado y, por ello siempre es bueno recordar que quien lo convirtió en el presidente más votado de la historia contemporánea en Venezuela fue esa valiente lideresa, duélale a quien le duela. Esto lo debe concientizar el Presidente Electo y tener el coraje de deslastrarse de esa vieja clase política perversa y corrupta. Edmundo debe estar más unido que nunca a MCM.
Que Dios lo ilumine.
Carlos Alaimo
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