Maduro, como si el megafraude electoral perpetrado por su régimen en Venezuela el 28 de julio no tuviera nada que ver con él; como si realmente allá en nuestro país la navidad impuesta por decreto no le supiera a la gran mayoría de la gente como otra mamaderita de gallo más; como si más del 80% de los venezolanos que viven en Venezuela fueran capaces de cubrir, aunque sea en un porcentaje mínimo, la canasta de necesidades para llevar una vida digna con los salarios o las pensiones que reciben en bolívares que cada día valen menos; Como si la dictadura y el país estuviesen “normalizados” para una sola parte del mundo: el colombiano se deja caer en Rusia.
Llega con más comitiva de paseo que nunca y que nadie a fingir que todo está bien. ¡Es que allá se siente seguro! Y, aunque la Venezuela del siglo XXI cada vez tiene menos población, y bien lejos de ser una economía emergente, aspira empatarse en el BRICS.
El BRICS, el club de los acomplejados del mundo torcido que pretende confrontar al G7, o sea: un destacado grupo de países muy espabilaos, todos ellos con malísima reputación, versus las 7 economías más importantes del planeta, que producen la mayor suma de libertad y prosperidad para una buena parte de la raza humana hoy por hoy.
Eso es el BRICS. De todas formas allá, en Rusia, Maduro se siente cómodo. Solo tiene que lidiar con la parte más fea, la más sucia, a la que menos le importa la gente de todo el planeta. La parte del mundo que acaba y asesina todas las libertades que la especie humana haya podido acumular en sus andanzas, luego de muchísimos sacrificios de cientos de generaciones que nos precedieron.
Y allá, en la fría Rusia, Maduro está más contento que carajito con ropita de estreno. Se imagina que el mundo que él llama “multipolar” es una inmensa guarida de asesinos, trúhanes y matones sin escrúpulos, como él. Que en ese “nuevo mundo”, que tanto imagina, solo existen mandatarios eternos; porque la democracia, la alternabilidad y el resto de los valores con que se mueve Occidente solo son recuerdos vagos de instituciones que inventaron los griegos hace muchísimo tiempo.
Porque todos ellos hacen o pretenden hacer lo que les viene en gana con la gente de sus propios países. Porque nada ni nadie los controla. Y, para ñapa, se sienten guapos y apoyados entre ellos; pues entre rufianes todo “sale” más fácil. Total: el BRICS viene a ser el anhelo de todos los gobernantes disfuncionales del mundo. Nada de controles. La ley de la selva. La ley del más fuerte.
El sueño más preciado y acariciado por el infeliz de Hugo Chávez.
La convivencia, como sea, con la Rusia de Putin y el Partido Comunista chino. Acompañados de los otros enfermos patéticos del mundo resentido, iraníes, sirios y de los emiratos y principados lavadoras de todos los fondos sucios que se mueven por el resto del mundo.
Y para ello, tristes acomplejados e incapaces de ofrecer alguna prosperidad y algún futuro bonito a sus propios pueblos, el sueño de la creación de un nuevo Fondo Monetario Internacional y de un nuevo Banco Mundial solo para pillos, pero a punta de rubros rusos y de yuanes de la China y mucha sangre ¡Nada de dólares!
Y así, en ausencia de una Norteamérica fuerte y potente. Sin la presencia de una Norteamérica poderosa que haga respetar la visión humana sobre la vida humana, el BRICS tiene enormes posibilidades de éxito.
Pues, no hay duda: ¡entre malandros te veas! ¡Qué vaina! No quiero terminar este Criterios sin aprovechar la ocasión para expresarle nuestros agradecimientos sobre el éxito de lo que está sucediendo en la Rusia de Putin, muy especialmente al señor Joe Biden, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
A la vicepresidenta de este gran país, la señora Kamala Harris. Y, muy en particular, a míster Antony Blinken, secretario de estado de los Estados Unidos de Norteamérica. Sin el empeño que todos ellos le han puesto para invisibilizar a este gran país a todo lo largo de los últimos cuatro años no hubiera sido posible que se llevara a cabo la más importante reunión de mafiosos del mundo actual y de manera tan pública y notoria allá, en Rusia. Porque, y no lo digo yo solamente, todos los que participan en el diseño de esa cosa llamada BRICS solo pueden tener en mente hacer del planeta Tierra un lugar más infernal para los millones de seres humanos que vivimos en él.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/hacia-donde-van-los-brics/
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