Por Omar González Moreno
Es posible que Maduro raspe la olla vendiendo a precio de gallina flaca la empresa Monomeros junto con su testaferro Alex Saab.
Es posible que siga destruyendo el escudo guayanés sacando oro de sangre para abultar sus cuentas bancarias y la de sus secuaces.
Es posible que siga pagando sobornos a sus cómplices de empresas como la telefónica y demás chupamedias que lo rodean.
Todo eso es posible. Pero que se salve de la justicia internacional por los gravísimos crímenes de lesa humanidad que ha cometido su régimen, con un Marcos Rubio como Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump; eso no es posible.
La designación de Marco Rubio como Secretario de Estado de Estados Unidos representa un paso decisivo para la Venezuela democrática y su lucha por la libertad y la justicia.
Rubio, el senador de origen cubano-estadounidense, ha sido uno de los mas firmes defensores de los derechos humanos y la democracia en América Latina, especialmente de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y su ascenso a este importante cargo en al administración de Trump genera una inmensa alegría entre los venezolanos que anhelan el fin del desastroso regimen de Nicolás Maduro y sus cómplices.
La situación en Venezuela ha sido objeto de preocupación internacional debido a la crisis humanitaria, la corrupcion, el narcotráfico, la asociación con organizaciones terroristas, la violencia política y la represión contra nuestro pueblo por parte del régimen de Nicolás Maduro.
La elección de Marcos Rubio podría implicar un enfoque más firme y coordinado con la verdadera lider de los venezolanos, María Corina Machado, de la administración estadounidense en la promoción de la democracia en Venezuela y en toda la región.
Su historial de condenar la opresión y apoyar a la oposición venezolana sugiere que podría liderar políticas que pongan fin a las acciones autoritarias y respalden a los verdaderos actores democráticos y no a los perpetradores ni a los disfrazados de opositores.
Además, con la comunidad internacional cada vez más unida en su rechazo al régimen de Maduro, la posición de Marcos Rubio podría facilitar la colaboración entre aliados democráticos para intentos conjuntos de restaurar la democracia en Venezuela.
Esto, a su vez, levantaría la esperanza de millones de venezolanos que sueñan con un futuro en el que sus derechos sean respetados y sus voces escuchadas.
En resumen, la designación de Marco Rubio como Secretario de Estado simboliza una oportunidad renovada para que Venezuela encamine su rumbo hacia la democracia.
La esperanza de una colaboración constructiva y solidaria por parte de Estados Unidos podría ser el impulso necesario para que los venezolanos logren el cambio que tanto anhelan.
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FUENTE: >>Omar González Moreno
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