Las cifras de exportación, al menos de petróleo crudo, se acercan al millón de barriles diarios. Los analistas comentan que se trata de una cota tres veces superior a las que dejó Donald Trump al salir de la Casa Blanca hace cuatro años. Gracias a las potentes “sanciones” que ha aplicado a todo lo largo de la administración Biden/Harris al dueto CHEVRON/Régimen proiraní de Venezuela, se han alcanzado cifras récords en producción, exportación, robo y desfalco a toda la nación venezolana.
Lo que pasa es que los facinerosos de las mafias del siglo XXI nacieron sin el chip de la gratitud; pero debería darles pena seguir hablando pendejadas de tan buenos amigos, tal como les han resultado ser míster Joe Biden y mistress Kamala Harris.
Porque allá en Venezuela, gracias a las “durísimas” sanciones de la administración Biden/Harris, la poderosa empresa CHEVRON ha hecho cada día, cada año que ha pasado, a los hampones del siglo XXI los rufianes más ricos de todo el mundo.
Justamente, en estos días me estaba acordando de aquel slogan de campaña, de aquella frase publicitaria, que tanto hizo para que Luis Herrera Campíns ganara las elecciones presidenciales del año 1978 en Venezuela.
El candidato, luego presidente de la República, advertía del desastre financiero que ocurría como consecuencia del manejo de la política de la Gran Venezuela llevado a cabo por el presidente Carlos Andrés Pérez, tras el incremento exponencial de los precios del petróleo a nivel mundial.
Con cuñas de radio y TV, con vallas y afiches colgados de todos los postes de luz del país, se veía a Luis Herrera que, detrás de sus bigotes, repetía: “Menos mal que ya se van”
Sin ánimo alguno de meterme en camisa de once varas, pienso que aquel slogan vuelve a ser muy bueno, pero para este gran país. También para Venezuela desde luego, como para el resto del mundo libre y decente que espera un cambio en el liderazgo americano.
Nadie, ningunos como Juan Guaidó, Leopoldo, la tribu de los “vamos bien”, el señor Antony Blinken, el presidente Biden y la señora Kalama Harris, han hecho tanto, le han puesto tanta pasión durante estos tristísimos últimos cuatro años, para poner bien lejos cualquier posibilidad de recuperación de sus libertades y de la calidad de vida en Venezuela y de los venezolanos, como ellos.
Hasta podrían patentar la fórmula. Esa misma combinación perfecta podría ser de muchísima utilidad para garantizar la permanencia del régimen iraní, haciendo del Medio Oriente el infierno que hoy en día es.
Con esa fórmula, con el mismo medicamento que han venido utilizando para asustar al régimen de Venezuela, ¡de que se quedan para siempre, se quedan!
Así no fallan, ¿o no? Por eso digo yo también: ¡menos mal que ya se van!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/menos-mal-que-ya-se-van/
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