Ayer 24 de febrero de 2025, en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, se ha producido una votación relativa al aniversario de la invasión rusa a Ucrania que resultó mayoritariamente aprobada -pero con un muy disiente voto en contra- el de Estados Unidos, quien en el mismo estuvo acompañado, obviamente por Rusia, pero también por esos dos ejemplos de democracia mundial que son Corea del Norte y la Nicaragua del señor Ortega.
Previamente a conocerse la noticia, una buena amiga, compañera de exilio, me manifestó su preocupación por la situación interna de nuestro país y a ella le escribí que se fuera mentalizando a que no retornariamos antes de 4 o 6 años y sin duda que, la foto de esa votación más la dispersión de posiciones a lo interno de la oposición venezolana, eso confirman.
Lamento discrepar de quienes sostienen que mr. Trump está del lado opositor y que con el se cuenta para resolver nuestra situación y reitero, no lo está; el defiende los intereses de Estados Unidos, de mas nadie y las declaraciones, actuaciones y omisiones de su personal lo evidencian. El pasado 20 de enero se produjo un giro en la estrategia internacional norteamericana que, a muchos, sorprenderá dado que hasta ese día sus intereses eran claramente los mismos de la democracia y la libertad y la foto que vimos ayer, más los términos en que se está planteando la paz para Ucrania, pareciere evidenciar un cambio.
Ciertamente esa nueva posición americana, en el fondo, no es mala pues nos obligará a los venezolanos a entender, finalmente, que este problema en que nos metimos, solo lo resolveremos nosotros, más nadie, eso sí, con el acompañamiento de los amigos de ambas partes, nadie lo dude, pues todos querrán su rédito de esa solución, el que obtendran, ni más faltaba
Lamentablemente, solo el tiempo permitirá que quienes hoy en la oposicion venezolana tienen posiciones tan diametralmente divergentes, puedan conciliar una sola hoja de ruta o que, en su defecto, el éxito de una de las dos estrategias vigentes, origine que los promotores de la otra se vean minimizados en su accionar, pero, mientras alguna de las dos cosas ocurre o quizás surja una tercera alternativa que copte la voluntad popular de cambio, transcurrirá, cuando menos, ese tiempo que estimo pasará ante nuestros ojos el cual se corresponde, por un lado, con la presencia de mr. Trump en el salón oval y por el otro del señor Maduro en Miraflores.
A diferencia de lo que un compañero de tertulia de chat me reclamó, en el sentido que estima que mis columnas lo que hacen es desestimular, afirmo que, antes que crear expectativas en las cuales, muy a mi pesar no creo, prefiero dejar sentado por escrito mi parecer respecto del escenario que observo se desarrolla ante nuestros ojos y que algunos, sinceramente convencidos, prefieren, no ver.
Quiera Dios que yo esté equivocado y que mi posición esté errada. Mi sorpresa sería en tal sentido, no solo grata, sino supremamente extraordinaria. Esperemos en todo caso el devenir de los acontecimientos y la actuación de los distintos actores, nacionales e internacionales, para ver si los mismos se desarrollan como lo estiman amigos optimistas o suceden como otros creemos.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
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FUENTE: >>Gonzalo Oliveros Navarro
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