Si nos basamos en la jerga militarista del régimen, la maniobra del 27A es una granada con pólvora mojada que no causará ningún efecto mayor, pues después del misil del 28J, que lo dejó moribundo, se incrementó el descontento y el deseo de cambio, al punto de que la población, casi por unanimidad, quiere salir de Maduro. Si la sociedad democrática digiere bien que, aun cuando haya diferencias en los asuntos tácticos (votar o no votar el 27A), hay consenso en el objetivo superior, esto es, en la idea de hacer respetar la voluntad popular expresada el 28J mediante el voto y, en consecuencia, el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como Presidente electo; entonces, no perdamos tiempo peleándonos, la unión es el camino.
Ciertamente se ha generado un revuelo con esta simulación de elecciones para el 27A, cosa que fue orquestada precisamente para confrontarnos y dividirnos; por consiguiente, nuestra respuesta debe ser la contraria: reforzar la unión y echar a un lado la crispación y convulsión que persiste en las redes sociales. Después de toda tormenta viene la calma. Si el 90% de los venezolanos en los últimos sondeos de opinión manifiesta que EGU ganó la elección del 28J, lo cual incluye a quienes no votaron por él, queda claro que el país está unido en torno a esa gran verdad.
Si analizamos la realidad política y social, se observa que cada día el rechazo a la dictadura se incrementa. Se hizo conciencia en los venezolanos que para solucionar los grandes males de la patria hay que salir de Maduro. Desde luego, eso no ha ocurrido hasta ahora, no obviemos que nos someten por la fuerza, a través de sus únicos soportes: la cúpula que constituye el aparato militar-policial, la brutal represión, la guerra psicológica y/o el psicoterror, el control de los medios de comunicación social y, en buena medida, sus petardos lanzados por las redes sociales para desviarnos del camino, para ponernos a pelear con base en asuntos superfluos.
Quienes acudan o se abstengan de votar el 27A, coinciden en que ese evento es una vil maniobra. Todos saben que a raíz del robo descarado cometido el 28J, en Venezuela se suprimió el derecho a elegir. Por ello nadie asegura que habrá conteo de votos y mucho menos que se respetarán los resultados, aún con las actas en mano. Eso, por consiguiente, se ha traducido en rechazo de la población a ese evento, pero, como decía el biólogo chileno Humberto Maturana, el principio fundamental de toda democracia es el respeto por el otro; entonces, no podemos caer en la trampa que busca implosionarnos. Votar o no votar el 27A no es motivo para lanzarnos toda esa retahíla de epítetos y descalificaciones, esa confrontación es estéril y lo único que conduce es a debilitarnos.
Quienes queremos el bien para el país, no nos queda otro camino que la unión y la lucha. Para hacer valer la constitución nacional, luchar por construir la democracia y defender nuestros derechos humanos, tenemos que echar el miedo a la espalda, organizarnos y movilizarnos. Se sabe que se corren riesgos, pero hay que asumirlos. Por ello la imperiosa necesidad de actuar, de recuperar el espíritu de rebeldía de nuestros libertadores y salir a las calles. Ese es el camino para sortear la trampa del 27A y para cobrar la victoria del 28 de julio de 2024.
Buenas tardes, espero que estas reflexiones sirvan para seguir insistiendo en la unión y la lucha como el camino que nos queda para lograr el cambio
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FUENTE: >>Golfredo Dávila
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