El viejo Rómulo Betancourt no se peló. El mejor y más completo texto de sociología política nacional jamás escrito sobre nuestro país nos mostró como en una fotografía: porque “Venezuela es Política y Petróleo”. Más de cien años después la “cosa” no cambia. Somos petróleo, gas, tierras raras, diamantes, oro, arenas superconductoras, hierro, bauxita y todo lo que el Gran Creador escondió en las entrañas de nuestra tierra. ¡Ah!
Y somos también el país de las mujeres más lindas y arrechas del mundo. De los mejores contadores de chistes. Y de la gente que alguna vez fue la más feliz y alegre del planeta; que de todo hacíamos broma y hasta las enemistades se arreglaban en una parrillada o en un buen sancocho a punta de whisky y de cervezas frías. Y eso, todo eso y más, lo vamos a recuperar.
¡Por lo más Sagrado: ¡Venezuela volverá a ser, inclusive, mejor de lo que alguna vez fue!
Pero, no nos engañemos. Los rufianes del siglo XXI han acabado con el país. Han echado a más de 9 millones de venezolanos a rodar por el mundo. Y los que están dentro, ni pueden, ni tienen con qué. La banda de pillos que maneja Venezuela ha rifado los enormes recursos con que contamos, y al país mismo, a las potencias más tenebrosas del mundo actual, hoy invasoras de nuestro suelo.
Rusos, narcotráfico y narcoguerrilla asociados con el estado, cubanos chulos de La Habana destruida se viven lo que tenemos con total complacencia por parte del régimen de putas que existe en el país.
China, que nos tiene montados con una colosal deuda externa sobre recursos y fondos, en su totalidad saqueados por la nomenclatura del régimen, quien amenaza que terminaremos pagando todo lo que supuestamente el país les pueda deber cuando el infierno se congele. O cuando Fumanchú se dé por satisfecho de tomar de los traidores que dicen gobernar a Venezuela todos nuestros recursos vitales; las tierras y hasta la mano de obra que ellos necesitan explotar, al estilo que llevan a cabo con sus súbditos en Vietnam o en Camboya.
O cuando interceden por sus matones por delegación, los iraníes, a los cuales el colombiano tuvo las santas bolas de regarles 1 millón de hectáreas para que disque sembraran cilantro y perejil para hacer su falafel.
Que no nos quede duda alguna: El día después los venezolanos recibiremos una Venezuela en ruinas. Quebrada y saqueada. Con empresarios cómplices de la rapiña que lleva a cabo el régimen. Con un sistema de salud pública, de educación y de avances y actualizaciones tecnológicos en ruinas. Como ocurre en La Habana, allá en Cuba: dejaran una Venezuela en muletas.
La CITGO, la joya del antiguo proceso de internacionalización de los hidrocarburos venezolanos echado andar en la década de los 80 tiene y debe ser empleada como palanca, como cadena de transmisión, para llevar a cabo un proceso de financiamiento y modernización de la Venezuela del día después, donde ya no estén todos aquellos carajos que tanto daño le han hecho al país y a su pobre gente.
Un “Plan Marshall” como pensaba el general Pérez Jiménez para Venezuela y la América Latina, hecho en libertad, que dedique dinero, talentos y recursos dirigidos para volver a poner a tono a la Venezuela que casi han hecho desparecer estos malnacidos.
La Resistencia venezolana en el exilio y dentro del país apoya, en ese sentido, las acciones que solicita y pretende llevar a cabo la representante por el estado de la Florida, la señora María Elvira Salazar.
Mantener el manto protector del nuevo gobierno de Donald Trump sobre la inconveniencia en la venta, sesión o permuta de los activos de la CITGO como filial de PDVSA en este país. EI hacer de la CITGO actual un potente aparato económico vital. Para transformarlo en un respirador artificial que aporte salud y prosperidad a un país, hoy por hoy, acabado. Y mientras salimos de “estos”, hacer de la CITGO un agente económico que actúen como operador, como impulsador de una política de salvamento nacional con los mejores hombres y mujeres con que cuente Venezuela.
Una CITGO que pueda planificar el día después. Y mientras eso sucede, que adquiera funciones como fuente de financiamiento para enfermos crónicos que se están muriendo de mengua sin medicamentos ni tratamientos clínicos en Venezuela; y que apoye a las tantísimas familias de los presos políticos secuestrados por el régimen que hoy se encuentran en el más absoluto desamparo.
Pero, como piso duro, hacer de la CITGO un potente brazo libertario que presente cara, que enfrente con agallas y recursos de tú a tu, a un poderosísimo régimen que lleva cerca de 30 años cayendo parado gracias al dineral y a las complicidades en medio mundo que ha logrado construir.
Un régimen que siendo parte de la delincuencia organizada internacional, hasta ahora ha sido sumamente afortunado. Gracias a las sucias y muy asquerosas solidaridades internacionales con que cuenta. Con la conchupancia y tolerancia de un mundo siniestro y miserable, o hipócrita y embustero, que le ha permitido saltar muchísimos obstáculos mirando para otro lado.
En buena medida, eso lo tenemos bien claro, gracias a un falsa oposición que le ha brindado apoyos, silencios y mucho sustento. Derrotado el régimen, con la CITGO en manos de una Junta de Gobierno, las asimetrías podrían empezar a desaparecer.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/venezuela-politica-y-petroleo/
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