Venezuela sin bombas nucleares, pero es lo mismo

En Venezuela si no fuera por lo patéticas que resultan las cuentas electorales en manos del régimen de Caracas, darían risa. Más allá de la arrechera, pura y simple, ante un estado hampón, la gimnasia electoral del régimen no tiene ni pies ni cabeza.

El 28 de Julio del año pasado con una participación real, medida y demostrable de algo más del 80% del padrón electoral de lo que queda en el país, Edmundo González Urrutia obtuvo más del 75% del voto-rechazo en contra de Nicolás Maduro.

Sin embargo, para las bufonadas organizadas por el CNE en mayo, la participación electoral descendió al 42% del padrón, mientras que más de 80% de los votos se arrimaron a las cuentas del oficialismo. ¡Según ellos!

Conforme a las actas verdaderas y certificadas que no se tomaron en cuenta, ya que las cuentas se pasaron a las “honradas” manos del TSJ, apoyadas con sus Canaimitas apagadas, Maduro ganó la reelección de rabo alzado.

Ahora el país es expuesto por aquellos rufianes a un nuevo bochorno electoral para escoger alcaldes y no sé cuántos cargos más, seguramente también con mismo final anunciado de ser todo y todos rojos-rojitos.

Evidentemente no les da pena. El “mejor sistema electoral del mundo” está arreglado para que la casa siempre gane. Pero, continuamos igual, ¿afuera, en el resto del mundo, alguien dice algo?

Porque si se ilumina el Medio Oriente con cohetes, drones y contramedidas, el planeta casi que se paraliza. Entonces y solo entonces vemos a los europeos que salen a buscarle pañitos calientes y compromisos que nunca cumplen los iraníes, sobre un uranio que ofrecen solo enriquecer para producir electricidad; no bombas nucleares con que vaporizar a Israel y al resto del Medio Oriente.

Y Donald Trump le da un espacio de un par de semanas de margen. Pero allá, en el Norte de la América del Sur, ¿alguien se apiadará por tanto preso político, tanto generalote produciendo y vendiendo drogas, tanta hambre, inflación y deterioro de la calidad de vida de los venezolanos? ¡Pareciera que no!

Allá en Venezuela, con los mismos países de Europa con que aspiran los iraníes salvarse y no ser convertidos en polvo, es con que cuentan los mamarrachos del siglo XXI para invisibilizar la desgracia que se ha sembrado sobre Venezuela y sobre sus venezolanos con negocios hechos desde los más altos gobiernos, quienes son ahora precisamente ellos mismos quienes desean cambiar los pañales a los ayatolas de Irán.

Yo, al menos, no creo en las “buenas intenciones” de quienes dicen tener a la vida y a la dignidad de la gente como una prioridad de los valores de Occidente, y permiten y dejan y hacen posible que regímenes como el de Caracas continúen haciendo añicos a un país y a toda su gente. Y sin bombas nucleares: ¡no les hace falta!

Porque insisto otra vez: la salsa que se usa para cocinar al pavo TENDRÍA que servir, o al menos ser la misma, con que se pretende asar a la pava.

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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/venezuela-sin-bombas-nucleares-pero-es-lo-mismo/

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