¡Venezuela es un país invadido, ocupado y repartido entre potencias extracontinentales!
Si el tratado de Asistencia Recíproca de las Américas, el TIAR, lo acepta o lo reconoce o lo aprueba o no, eso no cambia ni en un poquito la realidad.
La realidad es una y nada más que una: hoy Venezuela es una neocolonia de una serie de países, ejércitos y matones de varias partes del mundo. ¡Y eso es así!
Allá no hay “hermanos mayores”; en Venezuela lo que existe en un territorio bajo control por ejércitos de ocupación para supuestamente garantizarle la permanencia a la dictadura por los siglos de los siglos en el poder.
Venezuela, su suelo, el estado y el país en pleno está bajo control y dominio, aceptado y compartido por los traidores que manejan el régimen, por potencias extrañas a este continente, con el total y más completo beneplácito de los rufianes que acompañan a Nicolás Maduro en desfalcar al país.
Venezuela, su estado, sus instituciones, sus fronteras y todos sus recursos se encuentran bajo condición de ocupación de fuerzas armadas y agentes económicos dedicados al robo de sus riquezas; bajo arreglo de los traidores que le han puesto precio a nuestra patria.
Es por eso por lo que yo acuso a China, a Rusia, a Irán, a una buena parte de Emiratos Árabes Unidos que viene actuando como cómplice y aguantador; así como a Turquía y a una serie adicional de países- fachada ubicados en el Mediterráneo, que se dedican al lavado y blanqueo del dinero sucio que producen quienes dominan a Venezuela.
Todos ellos, y unos cuantos más, están detrás del saqueo y de las marramuncias que están acabando con Venezuela y con los venezolanos. Igual levantó el dedo y acusó al reino de España, al reino de Noruega, a la república francesa y a la Italiana, lo mismo que al estado canadiense, de estar enredados en la sustentabilidad económica que le garantiza la permanencia al régimen político que humilla, explota y está asesinando a mi país.
Al régimen de Cuba lo dejó de último, por ser el músculo dedicado a pensar en las todas las formas de sobrevivir y de mantener a ambos estados en modo de saqueo. Hay causales, razones y condiciones más que suficientes para invocar el TIAR con el fin de arrancar del poder al régimen dictatorial de Maduro, junto con todos sus cómplices internacionales.
Pero ya sabemos: Así como a los argentinos en los años 80 les tomaron el pelo; la OEA y casi toda América toleró, permitió y hasta auxilió para que una flota de tareas del Reino Unido recuperara su posesión ilícita sobre las islas Malvinas arrebatadas por las malas por la Argentina. A la Venezuela hecha aliño, ese instrumento, le va a dejar también con los crespos hechos.
Y sabemos cómo y con quiénes el régimen se esconderá detrás para luchar en donde sea, para evitar como sea que se aplique cualquier instrumento punitivo de protección hemisférica multinacional, que nos debería ayudar a salir de las potencias que hacen juego atroz con el régimen de Caracas.
Que Dios me perdone, pero, por lo formal, por lo institucional, no hay nada que buscar ya.
Pero si Samuel Moncada, un fulano de la misma mala calaña que el régimen de Caracas es vicepresidente, por aclamación y por segunda vez consecutiva, de la Asamblea General de las Naciones Unidas. ¿Qué piensan ustedes que podemos esperar de las organizaciones multilaterales, cuya razón de ser es velar por la verdadera autodeterminación de todos los pueblos del mundo?
Pues lo único que el pobre pueblo de Venezuela ha logrado de todas ellas a todo lo largo de estos 26 años ha sido ¡nada! Nada de nada,
Y eso está clarito; no creo estar ni inventando, ni descubriendo nada que todos ya sepamos.
De ser de otra forma, ¿cómo puede ser posible que buena parte del mundo libre, no digo los facinerosos que acompañan al régimen de Venezuela en la ruina de Venezuela, hablo del resto del planeta Tierra a un año de las elecciones presidenciales en mí país, nadie, pero nadie ha hecho algo que valga la pena en la dirección democrática correcta; cualquier cosa contundente, más allá de las declaraciones debiluchas sobre la existencia de “sospechas” sobre los “posibles” ilícitos electorales de los cuales fue víctima el pueblo venezolano.
Si todos ellos, los responsables obviamente y también aquellos respetuosos de la mal llamada y peor usada autonomía de los pueblos, han mirado para otro lado cada vez que en estos rufianes han pisoteado las leyes y la dignidad de Venezuela y de sus venezolanos. Por eso: ¡qué TIAR ni que carajos se podría invocar, desde la formalidad, para ayudarnos a salir de quienes hoy tienen a Venezuela como un territorio invadido y bajo explotación comercial?
Si, además, el Lula garante de las elecciones de 28 de julio se puso a silbar iguanas, Venezolanos, de adentro y de afuera, ¡dejemos de jugar a los carritos! Si queremos en serio recuperar a nuestro país hay que pasar a la acción. Con claridad, Venezuela, con completa honestidad: ¡solos no podemos! Invocamos a Jehová de los ejércitos, que se apiade de Venezuela, y nos dé el impulso que requerimos para actuar e independizar a Venezuela y a nuestro país secuestrado por potencias extranjeras y la delincuencia internacional.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/a-jehova-de-los-ejercitos/
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