Que González Urrutia se convierta por obra y gracia de los votos de todo un país, en un presidente de verdad y pida una acción de salvamento armado internacional para sacar por las greñas a los malandros del siglo XXI de nuestra tierra, no suena que pase nunca. ¡Ese milagro sí que no existe!
¡De eso no se trata!
Si Edmundo no se puso las pilas en enero de este año, ni en febrero, ni en marzo, ni en abril, ni en mayo, ni en junio… ¿Qué nos hace creer que el “hombre” se va a poner la cinta presidencial en julio para conmemorar el año completico desde que el venezolano votó democráticamente por la salida de Maduro y sus secuaces del poder, para pedir acciones internacionales que realmente funcionen en contra del régimen de Caracas?
Lo digo y lo repito: ¡quien no puede lo más, no puede con lo menos! ¡Este YA no es un problema de González Urrutia! Si alguna vez lo fue, como muchos todavía creen ingenuamente, ya le pasó su cuarto de hora para resolverlo. Como dicen allá en su querida Madrid: “se le quemó el arroz”.
Es más, todo hace pensar que la permanencia en el tiempo de este problema beneficia, y muchísimo, a González Urrutia junto con sus cómplices «bolichicos», enchufados y los negocios que tienen con el régimen de Venezuela el mismísimo rey de la baraja y varios personajes del gobierno del “suertudo” Pedro Sánchez. Es muy en serio: ¡ya no hay pendejos!
La Resistencia, la gente que ama a Venezuela, que está adentro o que está dando vueltas por el mundo, invita a una oración colectiva por la salida del régimen de Caracas, así como por el regreso de la vida normal en nuestro país, la recuperación de la calidad de vida decente que una vez disfrutó sin tanta pesadilla el pueblo venezolano.
El lunes 28 de julio invitamos a toda Venezuela, esté donde esté, a que se una como una sola persona, como una sola fe, para rogar fuerte y duro para que alguien, en alguna parte del mundo decente, nos apoye en una acción de naturaleza militar que acabe con los fulanos que tienen postrado a todo nuestro país.
Hablo de una carta de fe. Un acuerdo con Dios para que nos ponga en el camino a un poder más grande y fuerte que el que nos tiene pisados como pueblo allá en Venezuela; que nos acompañe a enfrentar la salida y la rendición de cuentas de todos aquellos pillos que se han apropiado a nuestro país.
Ya aparecerá ese “alguien” que entienda que el problema de Venezuela, hace mucho tiempo, dejó de ser un problema exclusivo de los venezolanos. Ya alguien en alguna parte del mundo entenderá, como ocurrió con la incursión de las fuerzas aéreas norteamericanas para anular la amenaza atómica que
representaba el régimen iraní ante la imposibilidad de las fuerzas armadas de Israel de terminar lo empezado. Igual que al régimen de los Maduros, de los Diosdados, de los Padrinos y de las demás alimañas que tienen estropeada a Venezuela, les “administren” también una buena dosis de esa misma medicina que lo aplicaron a los iraníes.
¡Pidamos pues! ¡Oremos juntos! ¡Venezuela es un país de fe: tenemos, necesitamos, creer en ese milagro! ¡Es lo que nos queda!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/basta-con-rezar-no/
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