¡Caballeros: es que hablando se entiende la gente! Un individuo, de cuyo nombre comprometieron mi palabra en no repetir, se tomó la molestia de echarme “el cuento” sobre el reencuentro entre la porquería del siglo XXI y la CHEVRON.
Que conste: ¡yo no estoy explicando nada! Solo, igual que la Venezuela decente que trata de entender este relajo, me rasco la cabeza a ver si comprendo, aunque sea un poquito, todo este truculento “asunto”. Demás está decir que la cosa, para simples mortales como yo, a cada minuto que pasa se pone más confusa y turbia. ¡No es fácil, nada fácil!
Primero, lo de la CHEVRON. Ya saben: la actual administración federal norteamericana autoriza a la CHEVRON para que reemplace, en su totalidad, los roles de la PDVSA roja-rojita. Ello a cambio del permiso para explotar y poner en puertos el crudo venezolano para su exclusiva exportación hacia este país.
Segundo, en secuencia cronológica, el Departamento de Justicia de EE.UU., el del Tesoro y de Estado recién acaban de meter en el mismo saco de las organizaciones dedicadas el terrorismo mundial y las conspiraciones en contra de Norteamérica al Cartel de los Soles.
Tercero, y no menos importante, el domingo desde Escocia, tanto el presidente Trump como el secretario de Estado, Marco Rubio, afirman: “Maduro no es el presidente de Venezuela, Maduro solo es el jefe del Cartel de los Soles…”. Demás está decir, por supuesto, que ni Maduro, ni Diosdado, ni el mismísimo Padrino reconocen la existencia del fulano Cartel de los Soles. Todos aquellos “angelitos” insisten en que “eso” es un invento, una fea conspiración que busca deteriorar las relaciones de Venezuela con el paragobierno de México y el muy honrado Cartel de Sinaloa.
De acuerdo al demente de Jorge Rodríguez, todo este brollo de carteles, militares venezolanos y Soles termina siendo muy parecido a la misma mala intención del régimen de Miraflores sobre la “supuesta” bajísima participación electoral del domingo pasado que, según ellos pasó del 45%. ¡Y nada que ver con lo que ocurrió el domingo! Porque la verdad verdadera es que quienes votaron en las municipales, cuando mucho, llegaron al 7.5% del padrón electoral del país.
Total, resulta un verdadero “misterio” que por un lado América le permita a una de las Siete Hermanas que se robe en asociación ilícita para delinquir los recursos de las próximas generaciones de todos los venezolanos, asociada con un régimen de hampones; a la vez que los más altos personaje de la política de este país no pierden ocasión para cantarle las cuarenta a aquellos rufianes. ¡Tá raro, muy raro!, dirían en mi pueblo.
Porque luego del show del pitico de aquel domingo de hace tantos años, si la CHEVRON no lleva a cabo todas las tareas y funciones que están relacionadas con el negocio de los hidrocarburos en Venezuela, la producción del país estaría en cero. ¿O no?
Pero, total, esto está muy hablado y yo no aterrizo. No olviden que este Criterios se llama el “Podcast de la CHEVRON”. Lo cierto es que “alguien” se puso en contacto conmigo, acá en Miami. Les confieso que no lo conocía. Pero el “amigo” saltó como un resorte y me ubicó, no por el periódico, sino que me ubicó. Y con una de “Pablo, tenemos que hablar”, me invitó a un cafecito.
Insisto: confiaba en que ese alguien, con conocimiento y alguna autoridad en este país, me aportara algunas pistas “buenas” sobre el porqué la CHEVRON, con todas las de la ley, vuelve a hacerle el trabajo sucio a los rufianes del régimen de Caracas como si Venezuela fuera un país normal.
Desde que nos presentaron y nos sentamos en una mesa de algún café de la ciudad, el caballero, por cierto, vestido de verano, trató de hacerme entender, a punta de lugares comunes, refritos y pendejadas insípidas que la chorrera de recursos que le van a caer en los bolsillos a las mafias del régimen de Caracas, se van a transformar en un mejoramiento bien importante para los hospitales de mi país.
No paraba de tratar de convencerme de que el régimen se comprometió en aumentar los sueldos y hasta pagarlos en dólares con la nueva producción. Que con esa nueva operación CHEVRON-PDVSA quienes se van a beneficiar son los trabajadores y los pensionados en Venezuela. Que va a llegar mucho dinero y así es que se va a suavizar la dictadura.
Que, en definitiva, los recursos que genere la CHEVRON serán revertidos en el país, y no terminarán en los bolsillos y en las cuentas secretas de tanto malandro que opera desde Miraflores. La verdad es que, mientras el nuevo amigo me echaba ese cuento refrito de la Caperucita Roja-Rojita más falso que un billete de a tres, me fue imposible dejar de oír al tipo. Hablaba bonito y hasta parecía que él mismo se creía las estupideces que me estaba soltando.
Pero, para mí, la gota que derramó el vaso consistió en una afirmación que me paró los pelos: “Pablo, esta administración no tiene ninguna fe en ellos; pero tenemos la certeza y el compromiso en recuperar la democracia en Venezuela”. “Y, te digo más (agregó): el Departamento de Estado cuenta con un arma secreta en esta vuelta de la CHEVRON a Caracas; muy diferente a lo que ocurrió a todo lo largo del tiempo de la Era Biden: La empresa, la CHEVRON, no le puede entregar, por órdenes de la administración del presidente Trump, ni un solo centavo a nadie allá en Venezuela por el crudo que va a extraer”.
Porque, increíble: para la administración Trump se considera suficiente “obstáculo” con que la CHEVRON le entregue a Maduro y a sus cómplices en vez de dinero por las ventas del crudo y del gas venezolano, barriles de petróleo puestos en la superficie. Según el señor, esta nueva estrategia del gobierno norteamericano consiste en una “jaula” para el régimen de maleantes que mantiene bajo secuestro a Venezuela y a todos sus venezolanos. Según ellos, con esa dinámica, el régimen de Maduro se va a extinguir solito; igualito a como le ocurrió a Chacumbele.
Es decir, para ellos, ¡barriles listos para ser vendidos a quienes sean, según él amigo, es petróleo muerto, crudo y gas contaminado, imposible de ser colocado! La “novedad”, según me explicó este señor, es que CHEVRON se cobra y le entrega al régimen los hidrocarburos que le roba a todos los venezolanos en complicidad con el régimen de Maduro en especie, no en dinero.
O sea: ¡en petróleo y en gas, no en plata! Por cierto, ¡pendejo el que se crea que aquellos HDP que malandrean en Venezuela, cuando reciban con lo que ahora les van a pagar por su parte del botín, no van a salir corriendo a triangular y vender al primer postor esa bolota de crudo y esos metrotes de gas a sus compradores habituales de hace apenas tres meses atrás.
Así, según trató de explicarme aquel señor, Donald Trump y compañía dicen sentirse muy confiados de que ese petróleo, a partir de ahora, con “esa forma de pago” no va a ser comprado por nadie en el mundo, dejando seco los bolsillos de los rufianes del siglo XXI. El pana, tengo que reconocerlo, para no tratar de hacerme sentir como si yo fuera un perfecto imbécil, le ponía énfasis y pedagogía a las estupideces que me decía. ¡Le ponía, cómo le ponía!
Tratar de convencerme de lo inconvencible es algo así como no tener la certeza de que los cargueros, con la parte del botín que le toca a los rufianes de Caracas, no terminarían vendiéndolos a dineros contantes y sonantes, y a precio de gallina robada, a cualquier destino en Europa, o a India y muy en especialmente a la China de FU-MAN-CHU. ¡Simple, ni tontos!
Según él señor que me hablaba, no se daba un respiro en insistir sobre las potentes restricciones que ya existen sobre los fondos, impuestos por el Departamento del Tesoro sobre el régimen de Venezuela. Porque, según él, para la administración Trump las sanciones y las restricciones son atemorizantes, son disuasivas; le meten miedo a cualquier país destino.
Bien por restricciones o bien por “castigos” arancelarios.
De manera que la “cochina” en crudo y gas que le toca a Maduro terminará abollada y sin poder venderse en ningún lado. ¡Así serán de arrechos estos norteamericanos! Quizá, por cierto, esa fue la razón del recibimiento tan magnifico que tuvo «Delcy Heroína» en Viena, para la asamblea general de la OPEP+.
Venezuela, con la CHEVRON funcionando con todas las de la ley en el país, entra nuevamente en el mercado del crudo mundial. Así, luego de que el señor terminó de contar su historia, su comiquita, y por respeto a quien estaba pagando la cuenta del café y de los dos cachitos de jamón que me había despachado, hice un importante esfuerzo en aguantar un sonoro ataque de risa en las mismas narices del tipo. Eso, por cierto, se me vio en la cara. Ya saben: la tos, los reales y las carcajadas son casi que imposibles de ocultar. Sin embargo él sabía, si realmente estaba interesado en que yo fuera quien dijera los detalles que tan amablemente me estaba contando, que tenía que hablarme con la verdad por delante. ¡Paso por viejo, pero pocas veces por pendejo! No abrí la boca en ese momento ni le discutí
ninguno de los disparates que me quería hacer tragar. Solo pensé: «Pero yo no veo a los chinos, ni tampoco al bojote de países que ellos controlan; ni a la España de Pedrito Sánchez, ni a la Francia de Macron, ni a la Italia de la «señorina» Meloni haciéndole el feo a comprar todos los barriles de crudo y los metros cúbicos de gas que sean al régimen de Maduro, a precios de energía robada, por temor a las “restricciones” o a las acciones del Departamento del Tesoro en contra de quienes compren hidrocarburos “Hechos en Socialismo”.
Al menos, en estos tiempos que corren, ¡no! Es una realidad aplastante: en estos últimos 7 meses el poder de las sanciones que una vez aplicó Washington se ha reducido, Sus efectos como “disuasivo”, por decirlo bonito, hoy por hoy no son como al comienzo. No es el momento para entrar en detalles, pero si Míster Trump tomo la decisión de “tratar” de cambiar al mundo, ¡pienso que en otro sentido lo logró!
Pero, mientras el hombre no paraba de hablar tantas tonterías de tan poco valor, tomé la decisión de darle las gracias e irme pal’ carajo. Para pajas y cuentos llenos de buenas intenciones en Venezuela contamos con la oposición, con Jorge Rodríguez y hasta con los bravuconadas de María Corina. Para mí, luego de ese intento de “payasada”, no había nada más de que hablar. Y por buena fortuna, el señor con el cual había estado todo el rato entendió. Y perfectamente.
Así que, en un buen castellano, no tarzaneado, y seguramente con mucha experiencia en el universo paralelo de la comunidad de inteligencia de este país, en cuanto notó que empezaba a levantarme de la silla fue él quien se echó a reír. “Cálmate, Pablo”, me dijo. “No es para tanto, chico” “No me puedes culpar por tratar de echar un embuste”.
Soy un hombre reflexivo y tranquilo. Será por eso por lo que también me reí y volví a sentarme. Ahí fue que el hombre empezó a hablar en serio. El tipo, a partir de ese momento, se abrió como un pavo real. Efectivamente, amigos. La razón del regreso triunfal de la CHEVRON a Venezuela son los chinos.
Lo que muchos sospechamos. Maduro y sus jefes en Cuba se quedaron paraditos esperando el rebote de la pelota, una vez que llegó la extinción en mayo de los permisos de funcionamiento de la CHEVRON por parte del ejecutivo norteamericano. Lo demás consistió en el uso INTENSIVO del poderoso lobby que tiene montado desde hace añales la CHEVRON acá en Norteamérica. Y es muy simple.
Petróleo y gas muy barato, y a menos de cuatro días de navegación de cualquier puerto de este país, es buenísimo. Además, la cosa en Alaska no está funcionando como habían planificado. Ni están “perforando” tanto como quieren; ni tampoco parece que tienen, como muchas veces se dijo de tener tantísimo crudo como él decía.
En síntesis: ¡que efectivamente no son los reyes del arroz con pollo! Y si para completar, Estados Unidos cada vez tiene más problemas con Canadá y con México, otros de sus fieles e históricos proveedores de petróleo muy cerquita, día a día América la tiene más difícil con su tema de la energía.
Y, por sobre todas las cosas, el régimen de Caracas, junto con sus bolichicos, su oposición de mentiritas y los que dicen querer que esa gente se vaya, están más que dispuestos en darle el alma a la China del Partido Comunista de los Trabajadores, si los yanquis no se quedan con el coroto y echan «palante» el petróleo y el gas de Venezuela. En dos platos, como aquella canción: Contigo o sin ti. Contigo o con los chinos ¿O con FU-MAN-CHU o con el Tío Sam? “¿Así, o con plastilina?, como tú mismo escribes en tus Criterios Pablo”, me preguntó quien pagó finalmente por los cafés y los cachitos respectivos…
Y así terminó nuestra reunión. Y ahora agrego yo, después de tan “grato encuentro”. Solo para ti y para tus jefes, “amigo misterioso”. Porque para nosotros, para mí, para la Resistencia, para Venezuela y para la gran mayoría de todos los venezolanos, esto apenas acaba de comenzar otra vez. Y muchos, muchísimos de nosotros, ni nos cansamos ni tampoco nos vendemos. “Esto” es lo que sabemos hacer: y nuestra única pasión es Venezuela. ¿Así, o con dibujitos?
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