Mar de Fondo El mundo condena a Maduro

 Por Omar González Moreno

El informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU, presentado en Ginebra, Suiza, no es un mero documento: es un testimonio contundente y brutal contra el narcoterrorismo de Nicolás Maduro

Certifica, con crudeza implacable, la “política de aniquilamiento” orquestada por el régimen de Maduro y sus cómplices, como una maquinaria de terror que ha devorado libertades, vidas y esperanzas en Venezuela.

Más de 2.200 detenciones arbitrarias, secuestros, torturas y asesinatos conforman las piezas de una siniestra organización criminal que ha usurpado el poder en Venezuela por medio del uso despiadado de la fuerza.

Torturas que destruyen cuerpos y almas en sótanos clandestinos; desapariciones forzadas que dejan a familias en un limbo de agonía eterna; ejecuciones extrajudiciales que silenciaron voces disidentes con balas, puñales y metralla.

El informe no teme usar términos contundentes, calificando estos hechos como crímenes de lesa humanidad, específicamente como "ejecuciones por motivos políticos".

Un plan criminal que se agravó tras el robo de las elecciones del 28 de julio de 2024, diseñado para pulverizar a la oposición real, a periodistas que osan informar, y a madres que marchan por sus hijos.

Cada caso ilustrativo de estos horrores representa un puñal en el corazón de la humanidad: un niño torturado por heredar el valor de su padre; una mujer violada por atreverse a protestar; un líder comunitario desaparecido en las fauces del SEBIN o la DGCIM.

Este no es simplemente un régimen: es una organización criminal depredadora de seres humanos.

Maduro y su cúpula no solo supervisan, sino que impulsan esta orgía de violencia.

Las declaraciones incendiarias del autócrata, prometiendo “horrores de sangre” si la oposición respira, dejan claro que no son bravatas, sino órdenes explícitas.

El Consejo Nacional Electoral, cómplice del fraude electoral; el sistema judicial, un tribunal de horrores que impone defensores públicos como grilletes.

Todo converge en el objetivo de exterminar la disidencia, sembrar terror para que el miedo sea la única ley en Venezuela.

En la sesión del Consejo de Derechos Humanos, ante la avalancha de evidencias -testimonios que arden como ácido, pruebas que no dejan escapatoria-, los representantes del narcoterrorismo madurista se desmoronan.

Avergonzados, mudos ante la condena unánime de la Unión Europea, Argentina, Colombia, Perú, España y un total de 21 países que exigen la liberación de sus ciudadanos detenidos arbitrariamente, optan por una huida cobarde.

Se retiran de la sala, abandonando el debate como ratas huyendo de un barco que se hunde.

No hay argumentos, solo el vacío de la culpa.

Su salida no es una muestra de protesta, sino una confesión.

Venezuela sangra, pero no muere.

Este informe exige rendición de cuentas, sanciones que penalicen, y una transición que honre a las víctimas.

Nicolás Maduro, tu sombra se acorta. El mundo observa, juzga, y la historia —implacable— te condena.

Por los caídos, por los silenciados, por los que aún sueñan con libertad: ¡basta ya! Que el exterminio termine, no con balas, sino con justicia.

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FUENTE: >>Por Omar González Moreno

El informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU, presentado en Ginebra, Suiza, no es un mero documento: es un testimonio contundente y brutal contra el narcoterrorismo de Nicolás Maduro

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