Venezuela RED Informativa.us
Vivir por “fases” es como lleva viviendo Venezuela desde hace casi treinta años.
Eso está igual que aquel mantra anual de “este diciembre nos comeremos las hallacas sin Maduro”.
Esto ha sido un largo cuento, que espero que esta vez tenga fin. No se le puede exigir aún más paciencia, voluntad, muertes y decepciones con los farsantes de la oposición electorera en Venezuela, de lo que ya han dado Venezuela y los venezolanos una y mil veces para intentar volver a ser libres nuevamente.
Podemos entender que estas “cosas” llevan su tiempo, su punto de “maduración”; pero tampoco alguien puede culpar a la Venezuela tan maltratada por estar desesperada porque acabe de pasar lo que tiene y va a pasar, y eso ocurra lo más pronto posible.
Muchas veces lo dije, y lo sigo repitiendo: ¡En Dios y en Donald Trump confío!
Nunca, jamás en estos espantosos años del siglo XXI, el país había estado tan cerca de recuperar sus libertades como se encuentra en este momento gracias a ese hombre.
Y eso se lo vamos a deber a Donald Trump, a la Norteamérica buena y a Dios Santísimo.
Nadie, ningún presidente ni líder alguno, ni de este país ni de ningún otro lado, ha hecho tanto como hasta donde ha llegado Donald Trump por liberar a Venezuela de aquellos canallas.
Ningún poder en la Tierra había tomado con tal determinación la necesidad de deshacerse de una gente tan mala y ponzoñosa, como lo son los del régimen que controla a Venezuela desde Miraflores, como ha hecho Donald Trump. En casi treinta años medio mundo nos ha vacilado.
¡Nos han jugado camonina! Hipócritas desde afuera y malvados, supuestos opositores desde adentro, han pavimentado juntos el camino del infierno que ha resultado ser nuestro país en todos estos funestos años de desgracia bolivariana. Que hasta el sustantivo lo echaron a perder.
¿Qué culpa podría tener Simón Bolívar de que aquellos hampones le secuestraran hasta su apellido para llevar a cabo las peores infamias en su nombre? Hoy las grandes mayorías nacionales dentro y fuera de Venezuela pasamos todos los días y todas las noches con los dedos cruzados, con todos los santos en la boca y a la espera del comienzo del desenlace que inicie la salida de la mucha maldad que ha ensombrecido a Venezuela por tantos años a nuestro país, en forma de mafias del delito disfrazadas como poderes públicos.
El país está vestido, bien alborotado y con alpargatas nuevas; el país está listo para el inicio de los primeros compases de nuestra música más sentida y querida: ¡el joropo!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/en-dios-y-en-donald-trump-confio/
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