La metamorfosis kafkiana del chavismo-madurismo

El hombre nuevo que se produjo tras 24 años de robadera, traiciones, saqueos, confiscaciones y ruina de todo un país que impulsó Hugo Chávez junto con sus malandros, resultó ser una perfecta y total porquería humana.

Rodríguez Torres solo evolucionó como asesino, de matón pasó a sádico torturador de estado. Maduro paso de chofer-reposero del Metro de Caracas a usurpador y ladrón mayor de un país que ni es de él. Diosdado de capitán sin talento, junto con la joyita de su hermanito, a narcotraficante internacional y codueño de media Venezuela. Maikel Moreno de ladrón de reproductores de carros en los sótanos del Parque Central en Caracas, a presidente del TSJ, bien vestido, bañado, con varias cirugías plásticas y con una esposa Miss a la que le compró una villa en la toscana italiana.

O Raúl Gorrín, que de office boy con mal aspecto, hoy es uno de los grandes aguantadores de las mafias del chavismo, se compró Globovisión y tiene compañías de seguros dedicadas a lavar la plata sucia del régimen.

Lo mismo que tantos, tantísimos otros que de la nada, o del barro, o del fango, o de los tugurios de la Venezuela siempre echada a perder, han surgido como verdaderos magnates. Hoy en día son empresarios que no han montado una sola empresa que realmente sirva para algo, a menos que no sea estar bien pegados a los personajes de un régimen de hampones, acompañados por otros hampones y sin origen alguno que verifique sus fortunas.

Porque nadie en su sano juicio se puede tomar en serio que las hijas de Chávez consiguieron amasar fortunas tan escandalosas como las que tienen vendiendo AVON de puerta en puerta. Ni que Cilia tenga la descomunal riqueza que tiene. O los hermanitos Rodríguez, que estudiaron lo que dicen que han estudiado, con la plata que su padre conseguía a punta de secuestros y vagabunderías, y que ahora sean los rematadores, los grandes traficantes de un país puesto en venta.

Pasamos de los 24 años viendo a todos los enchufados del régimen hacerse cada vez más ricos, más gordos, más calvos y viejos. Hemos sido testigos del cambio de look y del color del cabello de Cilia Flores, el de Osmel Sousa y el del fiscal general.

Y todos ellos han engordado, se han quedado calvos o se han pintado el cabello frente a todos nosotros; mientras le hemos facilitado la vida jugando a la falsa democracia de las trampas electorales, para que el régimen venezolano insista en mantener la charada de que en Venezuela existe una democracia y siempre hay posibilidades de cambio. ¡Yo creo que esto ya está bueno!

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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/la-metamorfosis-kafkiana-del-chavismo-madurismo/

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