Como los franceses, en Venezuela también habrá quien recomiende a las grandes mayorías venezolanas aprender a convivir con las ratas del régimen y compartir con ellas el país, o buscar el camino hacia el Darién.
En nuestro caso, las ratas se cogen los recursos, las riquezas nacionales y los símbolos del estado; mientras que el resto de Venezuela se queda con los salarios en bolívares, los abusos de las policías, los tribunales del chavismo, el hambre, el desempleo, la inflación y las NARCOFUERZAS armadas bolivarianas.
Ya está cansón Diosdado Cabello; se ha puesto gordo, calvo y viejo soltando la misma amenaza desde hace años: “Ni por las buenas ni por las malas dejaremos el poder”. Cada vez que ellos mismos se inventan una feria electoral, Diosdado repite y repite la misma cantaleta. Con el mismo disco rayado de siempre, insiste en desanimar a los últimos ingenuos que todavía se andan creyendo en Primarias o en Elecciones Libres promovidas por el Departamento de Estado de Estados Unidos o en pájaros preñaos.
Todo el mundo conoce mi posición en torno al sistema electoral venezolano; no me simplifiquen. Mi problema no es ni con los candidatos, ni tampoco con los tiempos electorales. Mis observaciones están alrededor del voto electrónico, con máquinas arregladas. Con un registro electoral cundido de mugre. Con el manejo del cotillón electoral por unas fuerzas armadas corruptas y malamente ideologizadas, pero muy echadas a perder.
Y, finalmente, por la falta de intención en aceptar un sistema creíble de arbitraje internacional con capacidad de veto, que certifique, que garantice la calidad, la transparencia y la veracidad de cualquier evento electoral que se lleve a cabo en Venezuela.
Por eso estamos montados en la construcción de una poderosa fuerza que incluye la formación de una Asamblea Nacional con 167 diputados principales y suplentes dentro y fuera de Venezuela, que tome el rol de una institución creíble y legitima que permita servir al país de la Resistencia, para organizar un Gobierno de Transición para nuestra patria. Para muchos, y para mí, la única forma posible de iniciar la reinstitucionalización de nuestro país.
Yo no soy Diosdado, yo no soy una de esas ratas que tienen infestada a Venezuela. Quien quiera votar por quienes quieran en la oportunidad que deseen, háganlo. No pretendo ni insultar ni burlarme de nadie. Todos somos grandecitos y sabemos qué y porqué hacemos lo que estamos haciendo.
Pero nosotros desde la Resistencia estamos jugando la carta institucional en un país dominado por ratas. Nosotros buscamos recuperar a Venezuela, porque estamos convencidos de que el Dios de Israel nos acompañará en esta misión, como lo hizo con los judíos al salir de Egipto.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/paris-y-venezuela-infectados-de-ratas/
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