A nombre de la Automia Universitaria, se fueron produciendo profundas desviaciones y vicios que, por una parte traicionaron el espíritu de sus fundadores y sumergieron nuestras casas de estudios, en entelequias, donde es más importante guardar las apariencia que impulsar las transformaciones para conjurar su inconmensurable deterioro interno, el cual no es posible seguir ocultando.
En el caso de LUZ, es ostensible su deterioro académico, el fracaso de su modelo de gestión, la poca transparencia de su gestión administrativa, la ineficacia en la prestación de sus servicios, el poco impacto en la solución de los problemas de nuestra sociedad, la ausencia de planes contingentes ante la crisis y la inexistencia de planes, programas y proyectos de corto, mediano y largo plazo, que orienten el desarrollo futuro de la institución, entre muchísimos otros problemas y manifestaciones, de su tragedia estructural de fondo, la cual demanda acciones y decisiones profundas.Ya no basta señalar el agotamiento del modelo Napoleónico, sin pertinencia en la actual Sociedad del Conocimiento.
Evidentemente, es necesario impulsar un nuevo modelo de gestión. Pero será necesario, impulsar cambios estructurales profundos para rescatar a LUZ de sus ruinas. Comenzando por impulsar un nuevo liderazgo con solidez académica, ética y gerencial para adoptar, con firmeza, las transformaciones que requiere. Autoridades que fundamenten su liderazgo en su autoridad moral, como marco de referencia para ponerle coto a la anarquía y la crisis de gobernabilidad, donde las parcelas de poder actúan a su antojo y libre albedrío. Si algo resulta destructivo para cualquier organización es la crisis de gobernabilidad, el desconocimiento o manipulación de su normativa y la excesiva discrecionalidad de sus líderes, para la toma de decisiones.
La comunidad universitaria deberá concienciarse de la necesidad de los cambios. LUZ sólo emergerá de sus cenizas, en un ambiente democrático en el País, pero con el esfuerzo de sus profesores y trabajadores, sólo si somos capaces de actuar con un elevado sentido de pertenencia y compromiso institucional, disposición al sacrificio y apoyo a un paradigma sustentado en la calidad, innovación, meritocracia y elevado espíritu de responsabilidad social, entre otros. Igualmente, un sector estudiantil entusiasta, beligerante pero dispuesto a responder a estándares de mayor exigencia en su proceso de formación profesional, complementada ésta, con otras opciones que propendan a la formación de los nuevos líderes y gerentes que demanda la sociedad del futuro. Será imprescindible que LUZ se abra plenamente a la sociedad, a la cual debe servir, contribuyendo con la solución de sus problemas, contando en ella, con nuestros egresados como sus aliados fundamentales, garantizándoles la prosecución de su proceso de formación, con programas de actualización y ofertas de postgrado.
Necesitamos formular para LUZ una propuesta para su transformación integral y no, un rosario de paños calientes. Para grandes males, tienen que haber grandes remedios. Esa propuesta tiene que surgir de la activa y entusiasta participación de la comunidad universitaria, orientada en su formulación, por un equipo gerencial de alta competencia y experiencia.
El Proyecto UNISERLUZ, responde a esos parámetros y concepciones. Constituye una invitación y un reto a la creatividad para desaprender y reinventarnos, una propuesta y un camino para darle a LUZ, una nueva primavera, una nueva esperanza, un ¡nuevo amanecer!
LUZ para todos...
Dr. César Ramos Parra.
Líder del Proyecto UNISERLUZ.
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FUENTE: >>César Ramos Parra
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