Edmundo Gonzalez Urrutia está viajando a distintas partes del mundo y a donde llega, por lo general, es recibido como jefe de Estado con los honores que ese rango conlleva. Adicionalmente se reúne con los máximos líderes de los países que visita y se juramenta como presidente ante los venezolanos que rodean el sitio de su reunión.
Quien asume una posición pública y tiene reconocimiento de terceros respecto de la misma, está obligado a ejercerla en la medida de sus posibilidades.
Así, las reuniones que celebra no pueden ser sólo para hablar de la situación de Venezuela -que sus interlocutores conocen- sino que está obligado a dar un paso más, la de tratar de proteger a los venezolanos que en el país que visita, residen regular o irregularmente.
Bajo ese supuesto, debe el, por imperativo humano, negociar con sus anfitriones mejores condiciones de regularización o permanencia de nuestros connacionales en el país de estos; debe proponer, negociar y convenir, medidas que faciliten la presencia de los mismos en la tierra que eligieron como su casa en sustitución de la venezolana, así como documentación que les permita, de ser el caso, trasladarse a otras partes.
Esto que propongo ya lo hice cuando Guaidó se juramentó en Caracas y la justificación es la misma de ayer: todo lo que se haga en beneficio del migrante impacta positivamente a lo interno de Venezuela.
Ayer leí una nota atribuida al Washington Post según la cual EGU le propondría a Trump enviar a terceros países, en lugar de a Venezuela, a los migrantes que desde allá se deportarian. Desconozco si la noticia es cierta más, si lo fuere, sería una muestra de debilidad extrema por su parte.
En una situación personal como la que se encuentra, la preocupación que se evidenciaría de la nota, se debería poner de manifiesto, llamando EGU a los jefes de Estado de los países que le reconocen, para convenir con estos, cupos de recepción de nuestros migrantes desde USA y luego, solo luego de llegar a ese acuerdo con los mismos, informarle a las autoridades norteamericanas lo convenido para que estas, en función de ello, adoptaren las medidas que fueren conducentes.
Mientras en Venezuela se mantenga el statu quo que conocemos, EGU sólo tiene alguna incidencia internacional. Si la ejerce en beneficio de los venezolanos que por el mundo estamos, todos -afuera y adentro del pais- lo agradeceremos.
Creo que cada uno de nosotros que fuera de Venezuela nos encontramos, trata de poner los contactos y relaciones que en el país de acogida ha generado, para tratar de mejorar las condiciones de todos en ese país. Si eso hacemos, otros a los que se les reconoce representatividad, tienen una responsabilidad mayor que están obligados a ejercer, así como están también obligados a informar de sus resultados.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
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FUENTE: >>Gonzalo Oliveros Navarro
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