Todos ellos terminan haciendo lo que les da la gana; adornando todo lo que llevan a cabo con el cuento de que lo “hacen por nuestro bien”. ¡Basta ya, carajo! ¿No ha pagado ya el venezolano suficientemente con su sangre, sus vidas, el éxodo masivo de medio país y la más completa miseria tantos Chávez y tantos “hombres nuevos” que nos han encasquetado?
Liquidar, conservar, vender o arreglar a PDVSA como administradora de la riqueza en hidrocarburos que duerme bajo de nuestra tierra no es asunto que ni puede, ni debe, ni tampoco hay que permitir que sea en exclusivo de María Corina, ni de Edmundo, ni de los amiguetes de todo el mundo, como lo han sido y lo son la CHEVRON, la REPSOL, la EMI y la TOTAL. ¡Ninguna de ellas puede decidir la suerte del país por cada uno de los venezolanos!
¡Déjense de vainas! ¡Otra vez, no! Ni mamarrachos bolivarianos, ni “gente” muy requetepreparada pueden decidir por todo un país lo que hay que hacer con PDVSA.
La última vez que algo por el estilo ocurrió en Venezuela dejamos de producir petróleo y gas para que unos pocos se dedicaran a hacer estafas y negocios negros con pollos de Brasil, carne de Argentina y quesos de Uruguay. Si una parte del país piensa que a PDVSA hay que rematarla y venderla en acciones a cada uno de los venezolanos. O si le vamos a quitar la condición constitucional del monopolio del negocio de los hidrocarburos para que sea solo la republica quien extienda la mano, a punta de impuestos; tiene que ser producto de una discusión y de una consulta-país. No que cuatro o cinco avispaos se vuelvan a poner el traje del estúpido del Superbigote y nos “arregle” como idiotas con una bolsa CLAP del momento, pero con más cositas.
Dejando igualmente claro que PDVSA tampoco puede volver a ser usada para fundar partidos políticos de pacotilla y financiar liderazgos de Twitter. Ni lo uno ni lo otro, sino todo la contrario, como decía “aquel”. Miren: yo sé también, como muchos de ustedes, en qué punto, en qué lugar nos encontramos como país en este preciso momento. ¡Estamos en el medio, en la mitad, de la llegada de la Hora Cero! Primero salir de los bichos que tanto daño le han hecho al país y a los venezolanos; después PDVSA, la nueva educación, la refundación de todas, todas, las instituciones civiles y democráticas que aquellas alimañas han envenenado y nos van a dejar completamente podridas. Pero, ¡primero lo primero!
También sé, al igual que todos ustedes, que se puede comer chiche y caminar sin correr el riesgo de caerse. Hay que abrir, no solamente oír, una gran discusión nacional sobre PDVSA y sobre todo lo que exista y valga la pena conservar, desechar o vender dentro y fuera del país, luego de tantos y tantos años de ruina. ¿Qué, cómo y de qué manera vamos a manejar nuestras riquezas, produciendo el máximo de bienestar colectivo posible sin putear otra vez al país?
¡Ese es el verdadero reto de la Venezuela que pronto nos tocará a todos manejar!
Porque, ¡recuperar la democracia y las libertades civiles y colectivas no es cambiar de dueños!
¡Dios solo sabe que no va a ser así de sencillo! Tres décadas sin luz, sin sol, sin futuro, enterrados y en manos del hampa lo encandila a uno cuando sale nuevamente a la calle.
¡Pero tenemos, debemos hacerlo! Ya ni siquiera por nosotros, más bien por la generación, hasta con acento, que tiene que continuar el trabajo titánico de hacer de Venezuela, esta vez, una auténtica tacita de plata. Los perversos del siglo XXI no llegaron a borrarnos la mente, no les dimos el tiempo. Todos, todos, tenemos con qué hacer nuevo a nuestro país.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/petroleo-en-gotas-4/
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