El torturador de Miguel Rodríguez Torres, en aquella madrugada del 2 de febrero del 89, se ensañaba, como lo que es, un enfermo acomplejado, en bombardear a punta de morteros La Casona, donde él sabía perfectamente que se encontraba la primera dama para ese entonces, Blanca de Pérez, sola con sus hijas.
Lo mismo que han cogido de moda de atormentar a la señora Parisca de Machado, la madre de María Corina. Ahora esos canallas han tomado de hobbies mandar a unas patrullas de las ratas del SEBIN, encapuchados y armados hasta los dientes, para atormentar a la anciana que está también sola en su casa.
Sabiendo como saben que ahí, otra vez, no se encuentra María Corina. No hay duda: se trata de otro de los legados del comandante. Inolvidables aquellas palizas inocultables que el canalla de Hugo Chávez le propinaba a María Isabel, que la daban a parar en la Clínica Ávila bajo el más estricto secreto de estado.
¿Estos tipos no tienen hijas, madres, hermanas, esposas, novias, tías, sobrinas o loras hembras?
El cuento del respeto al género, o el de la edad, es puro chiste para estos rufianes. ¿No y que hay que decir médica y médico; chofer y choferesa; minera y minero? ¿Pero a las mujeres se les atormenta, se les tortura en El Helicoide y en La Tumba, y se les da una tunda de palos cuando alguno de ellos están de mal humor? Ahí tienen a Delcy Eloína, ¿por qué no la agarran con ella? ¿Hacen excepciones con las mujeres que son muy feas?
Eso nunca ha sido de venezolanos. ¡Nosotros, los hombres de Venezuela, jamás nos hemos comportado, como sociedad, de esa manera! Eso es de españoles. De árabes. ¡Los hombres de mi país son hombres de verdad-verdad!
En nuestro país siempre, pero siempre, y desde luego muchísimo antes que esas cucarachas llegaran a robarse nuestra patria, los hombres hemos sido, somos y seremos caballeros y respetamos a nuestras mujeres como si se tratará de un “culto”, así como a nuestros viejitos. Pobres o ricos, los hombres venezolanos saben respetar y saben también con quien se meten. ¿Y cómo no hacerlo, si todos reconocemos ser producto, construcción y resultado de nuestras mujeres y de nuestras abuelas?
Como se nota que aquellos rufianes son unos cretinos jefeados por otro régimen de malvados y criminales como el de La Habana, que no se parecen en nada al hombre venezolano.
Esos y sus patrones de La Habana solo son canallas sin moral. Animales abusadores que golpean, atormentan, torturan, asedian y atemorizan a mujeres. De preferencia ancianas y que se encuentren solas, mientras más desprotegidas mejor. ¡Malvados! ¡Solo le están colocando un clavo más a sus ataúdes!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/regimen-misogino-o-el-odio-a-las-mujeres/
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